LA POST GUERRA ECONÓMICA
La guerra económica arrasó
a Venezuela. Es irrelevante si fue real como afirma el gobierno, o una simple
excusa para justificar este desastre como creemos la mayoría de los
venezolanos. Transformó al país en una ruina sin gloria. Los guerreros, un tal
general Sadim (Midas al revés) en combo con un general Hambre que acabó con la
comida, un general Represión que mantiene centenares de presos políticos, un
general Energía que acabó con la
industria petrolera y la de electricidad y un general Elecciones que idem con
los procesos electorales transparentes. Estamos en post guerra, palpe la ruina:
los buscadores de basura, los supermercados sin comida, los precios
estratosféricos, los hospitales enfermos, las familias rotas.
¿Qué patrón histórico nos
podrá servir de referencia? ¿Acaso Atila porque por donde pisó el caballo de
la “revolución” no volvió a crecer la
yerba? ¿O Boves, que le dio poder al pueblo para destrozarse? ¿O el mismo Boves
del que huía desesperada la Caracas de la Emigración a Oriente, tal como la
diáspora actual huye por el mundo buscando una vida digna que les niega esta
“revolución”? La verdad es que son más bovesianos que bolivarianos. Deberían
reflexionar sobre tamaño deslave nacional y entender como aquel general Pirro
que ganó la guerra; pero a un costo tan gigantesco que no valió la pena. “Otra
revolución como esta y nos quedamos sin país”, sería una conclusión forzada.
Las Rutas de la Guerra Económica
El destroce venezolano no
es casual. Puro causa – efecto. La ruta del deslave de esta “revolución” comenzó con sus insultos
a la inteligencia, a los demócratas, a los empresarios y sus tristemente
célebres “exprópiese”. Luego inventaron la guerra económica para tapar su Misión
Destrucción Estratégica. La ruta de la Cuba comunista, acabar con el país para
permanecer en el poder toda la vida. Esa fue su verdadera guerra, el gobierno
contra la dinámica del país. He aquí algunos de sus resultados.
Petróleo… acabaron con
Pdvsa. “Yo provoqué el paro” dijo el comandante eterno luego de botar más de
20.000 técnicos en el deslave empresarial más gigantesco de que se tiene
noticias en tiempos de paz. Y hoy importamos gasolina, las refinerías
desmanteladas, la producción petrolera
en picada. Y por cierto, los apagones son producto de políticas de destrucción
en la industria eléctrica.
Industria y Agro… a punta
de expropiaciones e invasiones acabaron con el 70% del parque industrial y hoy
sembramos al 30 % del potencial. La otrora portentosa Guayana es apenas un
parque temático.
Instituciones… Muy simple:
¿Recuerdan cuando a los diputados les hacían caso y les pagaban e sueldo? ¿O
cuando había independencia de poderes?
Elecciones… eligieron una
Asamblea Constituyente con sus condiciones y sus candidatos. Convirtieron al
árbitro en un jugador con franela roja. Inhabilitaron emblemáticos líderes e importantes partidos.
Y hoy convocan a “sus” elecciones. Una pregunta, ¿aceptarían los
“revolucionarios” ir a elecciones con un CNE integrado por miembros de la MUD,
con el PSUV inhabilitado al igual que sus más emblemáticos líderes? Y de paso
son los primeros en ir a felicitar a Miguelito, el delfín del totalitarismo
cubano y asistente del jefe grande.
Claro que ha habido guerra;
pero no económica, sino integral. Ganó la “revolución” (por ahora) y perdió el
pueblo. Decimos post guerra porque ya no queda nada para arrasar. Gobierno “revolucionario”
solicita nueva excusa para seguir destrozando un país.
KIM
Y MOON
Sorprendente el apretón de
manos entre los líderes de las dos Coreas. Luego de una espantosa guerra y de décadas
de familias separadas, muertes, torturas, espionaje, alianza con potencias para
destruir al hermano, y de contemplarse
como enemigos. Se dieron la mano, sembraron un pino de sesenta y cinco años que
regaron con agua de dos ríos. Al final se emocionaron y se abrazaron. El poder
de la sangre familiar pudo más que la sangre derramada.
Y Venezuela, ¿cuantos años
tendrán que pasar? ¿Cuántas guerras? ¿Cuántos muertos? ¿Cuánta sangre
derramada?
El gobierno debe comprender
que nadie los quiere. Que el país sufre con esta hiperinflación. Que
estadísticamente quien no se va del país, pasa hambre. Que para mantenerse en
el poder sólo les queda la trampa, la represión y mentiras como guerra
económica, inflación inducida, desabastecimiento programado, derecha apátrida y
tanta sandez que no aguanta un debate
medianamente serio.
Ojala estemos en post
guerra y no en pre guerra de otro tipo. Esta revolución no es viable. Maduro va
a ganar el 20 de mayo; pero su gobierno cojeará de la pata de la legitimidad. La
careta democrática es muy burda para ser creíble. Y seguirá la mengua nacional con el hambre más viva que nunca.
Es hora de iniciar la transición. La post “revolución”.
Antes de que seamos un ex
país.
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