ANTES Y DESPUÉS DE LA MERITOCRACIA
Rafael
Gallegos Blog núm. 343
Ante el portentoso deslave de
Pdvsa han surgido voces que tratan de rehacer la historia, imagino que a objeto
de lavar sus conciencias o de salir bien librados de esta debacle. O de promover
cambios fatuos de estilo gatopardiano. Inútil, porque todos sabemos lo que
realmente sucedió y quiénes son los culpables.
En el año 2002 miles de trabajadores
de Pdvsa se unieron (a mucha honra) al paro nacional gestado para protestar
contra el gobierno. El movimiento petrolero tomó como bandera la Meritocracia:
a cada quien según su méritos, claro con todos sus defectos y sin recurrir a
perfecciones angelicales. Se unieron al conflicto nacional porque observaban cómo
el nuevo gobierno acababa con Pdvsa y de paso con Venezuela. El movimiento no
solicitó nada para sí, ni un aumento, ni un reconocimiento. Salieron – y aquí los hechos superan la altisonancia -
por la patria. Y perdieron, por ahora.
Chávez había botado a siete
líderes del movimiento unos meses antes cuando fue sacado y devuelto al
gobierno. Usó un insólito pito que vislumbraba la intención de acabar con
Pdvsa. Era parte de la destrucción estratégica para montar en el país otra Cuba
comunista.
Al proyecto
“revolucionario” le estorbaba una Venezuela productora de 5 o 6 millones de
barriles, porque eso generaría dinero, capitales, bienestar y democracia, que
significa alternabilidad. Y este proyecto comunista, es “forever”.
Los resultados: más de
veinte mil técnicos, de 45.000 en total, expulsados. Por cierto, agrupados en
Gente del Petróleo, hoy más viva que nunca. Una lobotomía empresarial. Botaron
a los médicos del hospital, ¿quién cura?, a los carniceros de la carnicería
¿quién prepara y vende la carne? Y fue a propósito: “yo provoqué el paro”, dijo
Chávez. Claro, era parte de la destrucción estratégica. A la “revolución” le
estorbaba la meritocracia de Pdvsa. Ahora no era a cada quien según sus
méritos… sino a cada quien según su sumisión al régimen.
LOS
“SALVADORES DE LA PATRIA”
Ahora resulta que los que
acabaron con Pdvsa pregonan que la salvaron. Tamaño descaro. Olvidan cuando en
un acto de pureza nazi, que hubiera envidiado el mismísimo Hitler, Rafael Ramírez
expresó a los trabajadores que estaban allí no por sus méritos, sino por Chávez
y que el que no fuera “dojo dojito” se iba.
Nos dicen que Chávez levantó
Pdvsa, como si no la hubiera destruido; que la nacionalizó, como si ya no estuviera
nacionalizada; que ésta fue una gran empresa…hasta que llegó Maduro. Pura
falacia, el deslave de Pdvsa y la Misión Totalitarismo Nacional estaban planificados
desde que Chávez tomó el poder… o antes.
EL
HITO
El conflicto petrolero del
2002 constituye un hito en la historia del petróleo. Hay un antes y un después
(de la meritocracia). Veamos:
Antes… Nacionalización en 1975:
internacionalización, cambio del patrón de refinación, interconexión refinerías
de Falcón, fraccionamiento del gas natural, desarrollo de la Faja, Condominio
Jose, desarrollo de Monagas y Apure, Orimulsión, CIED, Intevep, Responsabilidad
Social Empresarial. En veinte años y con venezolanos. ¡Qué
orgullo!
De empresa “saca tubos” a
emporio energético. Además, la producción iba por 3,4 millones de barriles
diarios y se enrumbada hacia los 6 millones. Seríamos el segundo país de la OPEP.
Después… Llegó el
comandante y mandó a parar: de meritocracia a “rojocracia”, triplicaron los
empleados, multiplicaron la deuda, vendieron refinerías de la
internacionalización, acabaron con la Orimulsión, desmantelaron las refinerías
nacionales. La producción atraviesa por 1,5 millones de barriles… en barrena.
Los trabajadores se van en estampida. Exportamos apenas medio millón de
barriles, más cercanos a las dimensiones petroleras de Ecuador y Colombia que a
las de Irak. Y el colmo de los colmos, importamos gasolina. ¿Recuerdan cuando
Pdvsa era nuestra principal industria?
No hay retórica que valga,
aquellos barros trajeron estos lodos. Que cada quien asuma su responsabilidad.
FLAUTISTAS
DE HAMELIN
Y en lugar de hacer las
cosas diferentes para obtener resultados diferentes, como diría Einstein, los
jefes de Pdvsa imitan al flautista de Hamelin y llevan a los trabajadores y a
la empresa al barranco.
Es hora de debatir el
futuro de nuestra industria petrolera… y del país. Ya está bueno de soliloquios
en los medios oficiales. Venezuela se diluye. El que tenga ojos que vea. Esta
“revolución” destruye al país para mantenerse en el poder. Acabaron con la
industria, los hospitales, el estómago y las esperanzas, hasta con el Miss
Venezuela. Dios nos ampare.
Pilas y guáramo para reimplantar
la democracia y rescatar la industria petrolera. Para que se transforme en
pivote del desarrollo. Tenemos con qué… y con quienes.
Venezuela no se rinde.
Extraordinario Como siempre Rafael.. Un abrazo .. Carlos Moreno
ResponderEliminar