ENTRE EL COMUNISMO Y LA LIBERTAD

Rafael Gallegos    Blog núm. 299

La tramoya de la Constituyente Comunal es una mascarada leguléyica  que utiliza la impopular minoría del gobierno para  permanecer en el poder. Con ella esperan implantar un sistema comunista: cero libertades, elecciones entubadas y monopartidistas, represión totalitaria, cero propiedad privada y prevaleciente militarismo.

 Tal como la Cuba castrista, pana, modelo y jefe. O la URSS cuyo totalitarismo se suicidó sin que los cacareados setenta millones de miembros del Partido Comunista hicieran la menor resistencia. O la también fallecida China Comunista que con sus gatos de cualquier  color con tal que comieran ratones, encontró la puerta de salida de su fracasada revolución: el  capitalismo. Países totalitarios con el denominador común de aplicar la magia roja, por no decir magia negra, de implantar absolutismos invocando falsamente el nombre de las mayorías. Te pareces tanto a mí…

La verdad es que a los comunistas les encanta llamarse demócratas. Todavía es reciente el cuento de las dos alemanias, donde la Alemania capitalista, cuna de  prosperidad, libertades, elecciones y alternabilidad, se llamaba Alemania Federal. Y la Alemania comunista, reprimida, empobrecida y totalitaria se llamaba, ¿qué le parece?: Alemania Democrática. Puro cuento para engañar incautos.

Ser o no ser una sociedad comunista… he ahí nuestro dilema. Ser comunistas o ser una sociedad libre. Aunque es necesario aclarar que el dilema está superado porque una gigantesca mayoría ya ha decidido colocarse del lado de la Libertad, y lo demuestra con esta profunda rebelión que se manifiesta  desde los más hondos rincones de la patria. 
Y el gobierno actúa como si no oyera el clamor nacional. Padece de sordera testicular (oye pero no le para b…). Empezaron su carrera política como  incendiarios y la finalizan como bomberos.  Y lo peor es que intentan apagar el incendio que con gasolina, con ese cuento de que la constituyente que proponen trae la paz.

Pero lo que ha traído es roncha y más roncha. Nadie los acepta. Todo el mundo sabe que a los 250 diputados “y que” territoriales los elegirán casi a dedo, como se hacía con los diputados de los regímenes dictatoriales de Gómez y de Pérez Jiménez. Quieren una Asamblea como aquella vergonzosa a la que el taita Juan Vicente Gómez, ante los llantos y aplausos de los “aguerridos” diputados para que no dejara la presidencia, les decía: yo quiero que elijan un presidente que piense igual que yo en todo… y eso sí, me dejan con la jefatura del ejército.

O quieren una Asamblea como la cubana, donde escogen una fracción de diputados, también territoriales, como  “poder popular cubano” y hacen elecciones con un solo partido. Absolutamente entubados y no era para menos, logran el 99 % de los votos en “límpido” proceso electoral. Por cierto se reúnen apenas dos veces al año (será para saludarse).
En Venezuela, como el 80% del pueblo no los soporta, inventan una convocatoria sin consultar, cual si fuéramos vacas a las que no se les pregunta si quieren ir al matadero. Se niegan a reconocer que les pasó su tiempo.  De torpeza en torpeza cumplen el dicho griego de que los dioses obnubilan a los perdedores.

Y encima amenazan: con la MUD o sin la MUD, vamos a la Constituyente. También podrían decir con la Conferencia Episcopal y sin la Conferencia Episcopal, o con Fedecámaras o sin Fedecámaras, con los rectores o sin los rectores, con los académicos o sin los académicos. Es tan absurda la propuesta de la Constituyente Comunal, que todo el mundo sabe que si van… irán solos.  Sin pueblo… en el nombre del pueblo. Pretenden una  Constituyente Comunal obligada donde con el 20 % de los electores, dominarán un 80% del país que no los quiere. ¿Tendrán fuelle para tamaño desaguisado?

De ser así, los venezolanos, además de la vergüenza histórica de ser la primera hambruna petrolera, pasaríamos a ser el primer país que en un proceso electoral elige al comunismo como sistema de gobierno. Qué pena!!!

El mundo está horrorizado ante tamaño desaguisado. Múltiples protestas que el gobierno de Venezuela califica como injerencismo y en realidad son expresiones de  solidaridad.

Los parafraseamos al Libertador con aquello de “estamos resueltos a ser libres”. Y lo seremos, lo seremos. Pilas y guáramo son nuestras primeras necesidades.


PD: Los deslenguados dicen que a la ministra de salud la botaron porque no pudo “curar” esta epidemia de Libertad. 

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